Las vacaciones
Se denominan vacaciones a los días dentro de un año en que personas que trabajan o estudian toman un descanso total de su actividad en un período determinado, exceptuando feriados denominado por fiestas nacionales, tales como Navidad o días representativos de una nación como la celebración de su independencia.
Existe principalmente para prevenir estrés u otras patologías, además de según el criterio del estado o gobierno local, para incrementar la productividad en el resto del año. Existen generalmente dos tipos de vacaciones, las vacaciones de un trabajador o estudiante. Estas vacaciones corresponden legalmente y, debe de estar prohibida la tarea, ya que estas son para descansar y no trabajar.
Los países independientemente definen en su calendario un periodo el cual para la mayoría de la población se considera como vacaciones, estos generalmente son los meses de julio-agosto para los países del hemisferio norte, como enero-febrero para los países del hemisferio sur. A pesar que los trabajadores según el país ocupan entre 7 a 45 días, los estudiantes tienen vacaciones un periodo más prolongado de tiempo, en muchas ocasiones, ambos meses e incluso tres (la mitad de los meses colindantes o el mes entero posterior o siguiente).
En ciertos países, como no, el empleador de un trabajador puede definir los días de vacaciones de sus empleados, como también la posibilidad de la acumulación de días si un año no se toman o se toman parcialmente. Por lo general, mientras el empleado se encuentra de vacaciones, los días que se ausente de su trabajo son remunerados, esta remuneración puede ser su paga habitual como parcial.
¿Estudiar o no estudiar en la vacaciones?
El dilema de estudiar o no estudiar en vacaciones es muy antiguo. Expertos aseguran que si bien no se trata de practicar las tablas de multiplicar o de hacer largas y tediosas copias, el período de descanso puede aprovecharse para incentivar una buena lectura, visitar algún lugar histórico o idear algún tipo de actividad que dé la posibilidad de hacer algo más que sólo ver televisión.
De acuerdo a los estudios es común que niños que provienen de familias con mayores recursos participan en talleres de música, literatura, teatro, danza y pintura; hacen deportes náuticos o viajan dentro y fuera del país.
En cambio los niños de escasos recursos tienen poco o nulo acceso a esas actividades y muchas veces ni siquiera cuentan con espacios recreativos estimulantes. De ahí la importancia de las actividades en torno a las vacaciones recreativas realizadas por diversas entidades de recreación, cultura y deporte que, en muchos casos, constituyen la única posibilidad recreativa de muchos niños.
¿Qué hacer si hay asignaturas suspensas?
Quizás éste sea uno de los puntos más controvertidos. Es muy posible que, si en las notas finales los hijos o hijas traen suspensos, los padres puedan sentirse enfadados, decepcionados o frustrados. Quizás ni siquiera imaginaban que las notas fueran a ser “tan malas”. Es posible que si los padres creen que no ha habido esfuerzo suficiente, consideren que es necesario un castigo o que hay que empezar a estudiar desde el primer día de vacaciones para poder recuperar las asignaturas en septiembre.
A priori podría parecernos que esta dinámica va a funcionar bien, pero no podemos perder de vista que los niños también necesitan un descanso de lo escolar. Dejar unos días de desconexión y descanso al acabar el curso es importante. Por “poco” que hayan hecho, necesitan también un descanso de madrugar, de ir al cole, hacer deberes.
Hay que tener en cuenta que, por poco esfuerzo que haya hecho el niño o niña, lo lógico es que ellos mismos se sientan tristes o decepcionados por sus notas: los niños saben desde muy pequeños que las notas son importantes e inevitablemente parte de su autoestima puede estar basada en los resultados escolares.
Los padres tendrán que pensar con ellos cuáles son las causas de las malas notas, qué es lo que ha pasado para que no hayan rendido bien. Y, sobre todo, cómo pueden hacer para mejorar. En la medida en la que puedan transmitir la importancia del estudio como un proceso de aprendizaje y adquisición de conocimientos más allá del hecho de que hay que examinarse, quizás puedan ayudar a los niños a encontrar la motivación necesaria.
Las vacaciones y el rendimiento escolar
Investigadores estadounidenses de la Universidad Johns Hopkins observaron el efecto que las vacaciones tienen en el rendimiento escolar de niños de educación básica de los diferentes niveles socioeconómicos de las grandes ciudades en Estados Unidos.
Los niños más pobres empezaron el colegio con un nivel de lectura y matemáticas más bajo pero cada año todos los grupos socioeconómicos mejoraban el mismo porcentaje en las pruebas.
La diferencia ocurrió durante el periodo de descanso. Cuando los niños volvieron al colegio después de las vacaciones, los alumnos más pobres bajaron su rendimiento en lectura y matemática y los niños de familias de más recursos mejoraron en ambas materias.
Según el análisis de los autores, los niños de la clase media y alta tenían mejor rendimiento después del verano porque iban más al parque, a la playa, a la piscina, a los museos, al cine y a los zoológicos. También porque tomaron más clases de natación, danza y participaban en más actividades de deportes. En sus manos está estimular a sus hijos durante las vacaciones para que el descanso contribuya en el buen rendimiento del próximo periodo de estudio.
¿Son buenas las rutinas?
Más allá de la organización del estudio durante el verano, hay otro tipo de rutinas que de alguna forma se ven afectadas por la llegada de la época estival: hora de irse a la cama, de levantarse por la mañana… Muchos padres piensan que si los niños rompen esa rutina de horarios les supondrá mucho esfuerzo poder recuperarla de cara a la vuelta al cole en septiembre. Pero quizás el romper con la rutina pueda venir bien (no sólo a los niños; a los padres también), ya que al fin y al cabo se trata de poder adaptarse a circunstancias diferentes y dejar un poco de lado la presión que suele haber durante los meses del curso.
El verano puede ser un buen momento para que los niños pasen más tiempo, no sólo con sus amigos, sino también con sus familias. Muchos son los padres que se quejan de tener que pasar las tardes durante el curso ayudando a los hijos con los deberes, tardes que se alargan en ocasiones hasta las nueve o diez de la noche. El verano parece un buen momento para poder disfrutar de actividades para las que durante el curso apenas queda tiempo (juegos, deportes, actividades culturales).
Sin duda, el que los padres puedan estar en contacto con cómo vivían ellos el verano, qué es lo que les gustaba, qué les suponía tener que estudiar o no, puede ayudarles a estar más conectados con las necesidades de sus hijos y desde ahí tener unas relaciones familiares más en sintonía.