Educación inclusiva: retos y perspectivas

 

JOSÉ MANUEL JUÁREZ NÚÑEZ Y

SONIA COMBONI SALINAS

 

¿Qué es o en qué consiste la educación inclusiva?

 Por educación inclusiva se entiende un proceso escolarizado que toma en cuenta la diversidad de necesidades de todos los y las aprendices y trata de responder a ellas mediante una participación creciente en el aprendizaje, en las culturas y en las colectividades y la reducción de la exclusión que se presenta cotidianamente en la educación escolarizada.

 A partir de este enfoque podemos recuperar la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (unesco, por sus siglas en inglés) (2003) de educación inclusiva como:

 La educación que implica que todos los jóvenes y adultos de una determinada comunidad aprendan juntos independientemente de su origen, sus condiciones personales, sociales o culturales, incluidos aquellos que presentan cualquier problema de aprendizaje o discapacidad […] En la escuela inclusiva todos los alumnos se benefician de una enseñanza adaptada a sus necesidades y no sólo los que presentan necesidades educativas especiales.

 Hoy más que nunca se requiere de una escuela abierta a todos y —como se estableció en la Conferencia Internacional de Jomtién, Tailandia en 1990— de una “educación para todos” (EPT). Para la Secretaría de Educación Pública (sep) es un gran reto instaurar de manera oficial y con personal profesional altamente calificado escuelas con estas características.

 La conferencia constituyó un parteaguas para la política educativa internacional y para México, como miembro de la unesco, al establecer que todos los habitantes del mundo tienen derecho a la educación y a la satisfacción de sus necesidades básicas de aprendizaje. De manera indirecta hace alusión a la escuela inclusiva, que no es privativa de los menores en edad escolar, sino que se extiende también a los adultos con poca escolaridad o sin ella. Esto implica necesariamente la apertura a todos los demandantes, sin distinción de condición social o física, edad o género. En el diagnóstico presentado en el Informe de Seguimiento de la ept en el Mundo 2008, se señala que: “aún quedan 72 millones de niños sin escolarizar […] 774 millones de adultos carecen de competencias elementales en lectura, escritura y cálculo. Un 64% de ellos son mujeres, porcentaje que ha permanecido inalterable desde principios del decenio de 1990”.

A partir de este diagnóstico, la Conferencia de Jomtien propone —en función del primer y segundo considerandos, en su artículo tercero y numerales correspondientes— la educación para todos; ello da pie para un primer acercamiento a la educación inclusiva:

  • Recordando que la educación es un derecho fundamental de todos, hombres y mujeres, de todas las edades y en el mundo entero.
  • Reconociendo que la educación puede contribuir a lograr un mundo más seguro, más sano, más próspero y ambientalmente más puro y, que al mismo tiempo favorece el desarrollo social, económico, cultural, la tolerancia y la cooperación internacional […] (Juárez, Comboni y Garnique, 2010: 44-45).

Por su parte, en el Plan Sectorial de Educación (PSE) 2013-2018 se propone el principio de la educación inclusiva y se establece quiénes deberían poder participar en este tipo de escuela:

 Los grupos vulnerables […] El sistema educativo debe contemplar la diversidad cultural y lingüística, los requerimientos de la población con discapacidad y otros factores que limitan el ejercicio del derecho de hombres y mujeres a una educación de calidad. Igualmente importante es ofrecer opciones a los adultos analfabetas o que no completaron la educación básica (sep, 2013).

El objetivo número 3 del PSE se propone “Asegurar mayor cobertura, inclusión y equidad educativa entre todos los grupos de la población para la construcción de una sociedad más justa” (sep, 2013: 23).

 Filosofía de la escuela inclusiva

La educación inclusiva se apoya en una filosofía humanista que conforma el andamiaje ideológico-político de esta modalidad educativa

  • El principio rector es el “nosotros”, entendiéndolo como la comunidad.
  • La construcción de una comunidad educativa es un referente clave desde los modelos comunitarios y socioculturales, de acuerdo con Barton (1998).
  • La escuela es flexible en su currículo, evaluación, promoción y organización.
  • Atiende a la diversidad de intereses, capacidades, ritmos y necesidades de aprendizaje del alumno.
  • Metodológicamente está centrada en las características del estudiante, no en los contenidos, facilitando la diversificación de la enseñanza y personalización de las experiencias de aprendizaje comunes.
  • Promulga los valores de:
  • Humanización: Favorece el máximo desarrollo de las capacidades de cada individuo.
  • Libertad.
  • Criterio de normalización: A todos los alumnos y alumnas se les ofrece un único modelo y contexto considerado “normal” u ordinario por la mayoría.
  • Democracia: Defiende la igualdad de oportunidades para todos, sea cual sea su condición social, económica, cultural o sexual.
  • Justicia: Se intenta dar a cada uno lo que necesita.
  • Se da gran importancia a la participación de los padres y de la comunidad en las actividades de la escuela, en el apoyo de determinados aprendizajes y en el control de los progresos de sus hijos. • Se insiste en la participación de todos los miembros de la comunidad educativa, profesores, padres y alumnos, de todos los alumnos, así como en la participación de los miembros de la administración y servicios de la escuela, sin exclusión. Una participación activa, que va más allá de su presencia.
  • Se parte del supuesto de que todos los alumnos pertenecen al grupo y todos pueden aprender en la vida normal de la escuela y de la comunidad (inte, s. f.).

 Características de la educación inclusiva

La escuela inclusiva se caracteriza primordialmente por su capacidad de acoger al otro, a todo “otro” sin importar su condición social, económica, política, cultural, de género, de edad, de origen étnico, rechazados de otras escuelas, con problemas de conducta y con necesidades especiales de aprendizaje.

La educación inclusiva implica que todos los niños y niñas de una determinada comunidad, incluidos aquellos que presentan una discapacidad, aprendan juntos independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales. Como se ha dicho antes, es un modelo de escuela abierta a todos los que demandan educación. No existen “requisitos de entrada” ni mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo, para hacer realmente efectivos los derechos a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación (unicef /unesco, 1996). En la escuela inclusiva todos los alumnos se benefician de una enseñanza adaptada a sus requerimientos y no sólo los que presentan necesidades educativas especiales. La unesco abunda en la especificación de lo que debe ser una educación inclusiva. Para universalizar el acceso y fomentar la equidad propone que:

  1. La educación básica debe proporcionarse a todos los niños, jóvenes y adultos. Para esto hay que aumentar los servicios educativos de calidad y tomar medidas coherentes para reducir las desigualdades.
  2. Para que la educación básica resulte equitativa, debe ofrecer a todos la oportunidad de alcanzar y mantener un nivel aceptable de aprendizaje.
  3. La prioridad más urgente es garantizar el acceso y mejorar la calidad de la educación para niños y mujeres, y suprimir cuantos obstáculos se opongan a su participación activa. Deben eliminarse de la educación todos los estereotipos en torno a los sexos.
  4. Hay que empeñarse activamente en modificar las desigualdades en materia de educación y suprimir las discriminaciones en las posibilidades de aprendizaje de los grupos desasistidos: los pobres, los niños de la calle y los niños que trabajan, las poblaciones de las zonas remotas y rurales, los nómadas y los trabajadores migrantes, los pueblos indígenas, las minorías étnicas, raciales y lingüísticas, los refugiados, los desplazados por la guerra, y los pueblos sometidos a un régimen de ocupación (unesco, 1990, art. 3º).

 En resumen: la escuela debe ser un instrumento para la igualdad de oportunidades para todos, respetando la diversidad y atendiendo a las necesidades de cada uno de forma diferencial, además de un espacio de integración social, donde se conoce, comparte y convive con personas provenientes de otros grupos sociales, y se aprende a respetar y valorar al “diferente” (Juárez, Comboni y Garnique, 2010).

Objetivos de la escuela inclusiva

El objetivo que persigue la escuela inclusiva es ofrecer educación para todos los demandantes, independientemente de su condición social, para:

  • Superar la exclusión social.
  • Promover el desarrollo de una serie de capacidades y la apropiación de determinados contenidos culturales necesarios para que los alumnos puedan participar e integrarse en su medio sociocultural.
  • Favorecer la igualdad de oportunidades, proporcionar una educación personalizada, fomentando la participación, la solidaridad y cooperación entre los alumnos, mejorando la calidad de la enseñanza y la eficacia del sistema educativo (Cynthia, D., 2000; citado por Fernández, 2003).