¿Alguna vez te has sentido aterrado por tener que salir de tu zona de confort o control, al percibir que la probabilidad de equivocarte aumentaba? Según Paulo Coelho, “sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar”. ¿Realmente tenemos tanto pánico al fracaso o a lo desconocido? ¿Puede ser el terror un instrumento tan poderoso que nos paralice y el miedo una emoción tan poderosa que termine con nuestra ilusión?
Son muchas preguntas, y las respuestas no siempre están claras. No hay que olvidar que el miedo es un mecanismo de defensa y protección inherente al ser humano. Pero no deja de ser eso, una herramienta, un instrumento, un instinto de conservación ante el peligro… Pero nunca debería ser una forma de vida.
“El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente”
-Alonso de Ercilla y Zúñiga-
Claves psicológicas para vivir sin miedo
Muchos investigadores, psicólogos y científicos han intentado estudiar las raíces del miedo. Fruto de su trabajo encontramos algunas ideas realmente interesantes. ¿Buscamos claves que nos permitan vivir sin estar atados al miedo al fracaso, al qué dirán o a lo que sea que temamos?
Elije vivir sin miedo o morirás arrepentido
Una trabajadora de cuidados paliativos que trataba a enfermos terminales descubrió que el arrepentimiento estaba presente en muchos de sus últimos días. Estas personas que estaban a punto de morir lamentaban no haber cumplido muchas de sus ilusiones y se sentían profundamente tristes por haber claudicado frente al miedo.
Era esa sensación de no haber exprimido la vida al máximo, de haberlo dejado para luego, la que encogía sus corazones. Muchos de ellos manifestaban que si tuvieran una segunda oportunidad no esperarían a mañana para hacer algo que les apetece hacer hoy… y que en muchas ocasiones hubieran preferido robar un beso, un abrazo o un día al trabajo y pedir perdón después.
Recuerda que el éxito no extirpa los miedos
Muchos confunden el éxito con la felicidad. Sin embargo, no tienen por qué ir necesariamente unidos. Algunos creen que una cartera más llena o una casa más lujosa son requisitos imprescindibles para una vida plena y en esta convicción entierran sus vidas. Por mucho que el dinero ayude, siempre es menos que lo que el pensamiento colectivo asegura.
Por otro lado, piensa que el éxito puede provocar mucho miedo. El terror a perder cuanto se ha construido puede ser una trampa terrible. De ahí que las conclusiones del estudio de Sonja Lyubomirsky, de la Universidad de California, reflejen la importancia de mantener una actitud optimista y fe en uno mismo. De lo contrario, se puede entrar en pánico y perder todo lo logrado.
Dime con quién andas…
… Y te diré quién eres. Parece un dicho muy manido, pero el estudio del Grupo BMJ concluye que viven con menos miedo las personas que se rodean de gente positiva. Así que seleccionar sabiamente a quien estará a nuestro lado es una ayuda excelente para ser más felices y menos temerosos.
El futuro es mañana
Ya lo dijo Séneca, “la verdadera felicidad es disfrutar el presente”. Esta frase nos lleva a recordar el miedo al mañana. Si vivimos constantemente preocupados por lo que ocurrirá en el futuro, es muy probable que el terror se apodere de nuestra mente.
“El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son”
-Tito Livio-
Según el estudio que publicó la revista Sciencemag, quienes divagan en exceso pierden más el tiempo y además tienen la percepción de que pasa muy rápido. Esto les lleva a vivir excesivamente deprisa y sentir el pánico del vértigo, pues la vida se les escapa de las manos.
La actividad física es muy útil
Recordemos el popular mantra romano: “mens sana in corpore sano”. Pese a tener muchos siglos, nunca ha pasado de moda. De hecho, la actividad física tiene un efecto muy importante sobre nuestra actividad mental: logra que nos olvidemos por un rato de los miedos, las inquietudes y los problemas.
Así lo estima el estudio que llevó a cabo Daniel Lenders, de la Universidad de Arizona. Ejercicios como la meditación, la música, el deporte o cualquier otra actividad física y mental ayudan a relajar nuestro cerebro. Es decir, que son una terapia excelente para vivir con mayor conciencia y menor temor.
Seamos agradecidos
Aunque parezca algo muy sencillo, es real. Así lo estimaron en el Jounal of Happiness Studies, donde concluyeron que un ejercicio tan simple como escribir cartas de gratitud generó un impacto positivo en los involucrados. Todos mostraron mejora de los niveles de satisfacción y en la valencia de sus emociones.
Piensa que escribir tiene un efecto catártico.
De ahí que sea una actividad especialmente apetecible en los momentos de preocupación y tristeza. Cuando nos sentamos a ordenar letras de manera que reflejen lo que sentimos en realidad estamos dedicado un tiempo precioso a escuchar y analizar cómo nos sentimos.
Ayuda a otras personas
Ya que estamos siendo agradecidos, lleguemos hasta el final y ayudemos a los demás. La investigadora Cassie Mogilner considera que dedicar tiempo a otras personas genera la sensación de que lo aprovechamos más. Además es una fuente de satisfacción, que a su vez sirve como calmante ante la angustia y el desasosiego.
Ya lo sabes, según estos autores, el miedo como emoción siempre estará en nuestras vidas, sin embargo en nuestras manos está decidir el poder que le concedemos. No queda mucho más que decir salvo quizás que por intentarlo no perdemos nada. Parece evidente que salir de la zona de confort y superar el terror tiene efectos terapéuticos evidentes. ¿Te atreves?